¿Cómo va a sentirse un niño al que se está vigilando permanentemente? ¿Qué puede pensar una persona, aunque sea de corta edad, a la que se está observando de forma continua lo que hace o deja de hacer delante de un ordenador? Si los padres están todo el día pendientes de los niños pues seguramente se agobiaran.
Pondré un ejemplo para que se entienda mejor lo que quiero decir. A la gente de nuestra edad, adolescentes y preadolescentes, nos gusta mucho utilizar las redes sociales para comunicarnos con nuestras amistades. En esas conversaciones, generalmente, no siempre, expresamos cosas de forma ligera y a nuestra manera, no pretendemos ni hacer trabajos nio escribir discursos, son nuestras cosas. Pero si nuestros padres estuvieran leyéndolas, simplemente, no podríamos escribirlas. Y para eso necesitamos privacidad, lo mismo que nosotros no leemos las cartas ni los correos que son para nuestros padres.
Para finalizar, me gustaría decirles a los padres que si no están satisfechos, si tienen alguna sospecha, si creen que navegamos por lugares dudosos o inseguros, que hablen con nosotros, que participen más en nuestras actividades y que aprendan a confiar en sus hijos, lo mismo que nosotros confiamos en ellos, que para eso son nuestros padres… y les queremos.